miércoles, 27 de agosto de 2014

EL MANUAL DEL MAL JEFE Y LAS EMPRESAS ESPAÑOLAS LAS QUE MENOS SE PREOCUPAN POR EL BIENESTAR DE LOS TRABAJADORES QUEMADOS.

El manual del mal jefe, según Bruselas
Cargas de trabajo excesivas

A la escasa productividad de trabajar agotado se suma que "las bajas tienden a ser más prolongadas que las derivadas de otras causas". La Comisión advierte de que una cosa es un desafío y otra trabajar sin medios para cumplirlo.

Mandar por mandar y puestos de trabajo injustificados

Un buen jefe no es el que da más órdenes, sino el que da las correctas. "Cuando hay entusiasmo, convicción, orden, organización, recursos, compromiso de los soldados, tienes la fuerza del ímpetu, y el tímido es valeroso. Así es posible asignar a los soldados por sus capacidades, habilidades y encomendarle deberes y responsabilidades adecuadas.

 El valiente puede luchar, el cuidadoso puede hacer de centinela, y el inteligente puede estudiar, analizar y comunicar. Cada cual es útil", señala Sun Tzu en El Arte de la Guerra.

No escuchar en las decisiones que afectan al trabajador

La comunicación debe ser "franca y bidireccional" para que los trabajadores estén al corriente de los cambios organizativos y "comprendan exactamente qué se espera de ellos", dice Bruselas.

Además, escucharles sirve para adaptar mejor sus habilidades y vida fuera del trabajo a la organización de la empresa. Así, "las tareas monótonas se reducen al mínimo o se comparten y se anima a los trabajadores a que asuman una responsabilidad plena".

Ascender al peor trabajador del mes

Bruselas advierte de que la distribución de trabajo, recompensas, ascensos u oportunidades profesionales debe ser justa. Si no, unos empleados se acomodarán mientras otros perderán interés en un empleo donde sus esfuerzos no son reconocidos.

Humillar al empleado: acoso psicológico y sexual

La humillación y el desprecio son vistos muchas veces como algo normal en el trabajo pese a ser comportamientos "inaceptables" e, incluso, delictivos. La normalización del acoso y las amenazas es tal que un 66% de los trabajadores españoles encuestados por Bruselas reconoció haber sido testigo de estas conductas en 2013.

Olvidar que hay vida más allá del trabajo

Cada persona es un mundo y la organización del planillo de la empresa debe tener en cuenta las circunstancias de cada trabajador para perjudicarles lo menos posible a la hora de distribuir los turnos y vacaciones. Figurar haciendo horas de más es más ineficiente que terminar el trabajo, irse a casa y volver al día siguiente despejado. Fuente:  Diario el Mundo.



Empresas españolas, las menos preocupadas por el bienestar de sus trabajadores 'quemados'
José Ortega y Gasset, dijo una vez "el esfuerzo inútil conduce a la melancolía".
Una plantilla mal gestionada hace perder dinero a los dueños de la empresa y salud a sus trabajadores. Así lo advierte la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo (EU-OSHA), que calcula que en la Unión se pierden unos 136.000 millones cada año por la caída de la productividad y los tratamientos derivados de trastornos mentales como el estrés.
"Rendimiento empresarial deficiente", "aumento del absentismo" y "presentismo (los trabajadores acuden a trabajar cuando están enfermos y no rinden como deberían)" son algunas de las consecuencias para la empresa al forzar la máquina más allá de su límite, según Bruselas.
El problema es grave en España. Según un estudio de 2013 de la Comisión e Ipsos, la mitad de los españoles (49%) dice que es habitual sufrir estrés en sus puestos de trabajo.

Controlar el estrés es una obligación legal
Velar por la salud de los empleados es una obligación de los empresarios. Así lo establecen la directiva europea 89/391/EEC y la Ley 54/2003 española. "El empresario deberá garantizar la seguridad y la salud de los trabajadores a su servicio en todos los aspectos relacionados con el trabajo", remarca el artículo 14 de una Ley que también destaca que lo hará con la "adopción de cuantas medidas sean necesarias" y contando con la "consulta y participación" de sus empleados.
"La evaluación será actualizada cuando cambien las condiciones de trabajo", recoge la ley española. Esta afirmación ha cobrado importancia en los últimos años vistos los cambios introducidos por la crisis en el modelo económico y laboral del país.
Cuando el trabajo afecta a la vida personal
La agencia europea advierte de que los riesgos psicosociales, como el agotamiento y la depresión, derivande una gestión mala de la plantilla. "Los trabajadores sienten estrés cuando las exigencias de su trabajo son mayores que su capacidad para hacerles frente", índice el organismo tras advertir de que no se debe confundir el estar desbordado con hacer frente a una "situación desafiante" en la que se cuenta con los medios suficientes para desempeñar la tarea.
 La mala gestión de los riesgos psicosociales puede provocar, según Bruselas, "problemas de salud mental, agotamiento y mala salud física, especialmente enfermedades cardiovasculares y trastornos musculoesqueléticos".
No obstante, los problemas también pueden trascender más allá del trabajo y afectar a la vida del empleado: "dificultad para concentrarse y proclividad a cometer errores, problemas en casa y abuso de las drogas y el alcohol " son algunos daños colaterales de pasarlo mal en el puesto de trabajo.
Y el problema se extiende al negocio. Según otros estudios de Bruselas, entre un 50% y 60% de las jornadas de trabajo perdidas se deben al estrés laboral, cifra a la que habría que sumar la presencia de empleados agotados que son incapaces de trabajar plenamente.
Los informes consideran que un buen líder "debe ser abierto y accesible y debe comprender las virtudes y debilidades de los miembros del equipo". Además, debe "entender las dificultades de los trabajadores fuera del trabajo, aunque no forme parte de la responsabilidad jurídica del empresario", porque ello contribuirá a que estén centrados en sus tareas. Fuente: diario el Mundo.

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