La huelga de
la fábrica de Panrico en Santa Perpètua de Mogoda cumple seis meses y sigue
enrocada. Los huelguistas rechazaron tajantemente la última propuesta de mediación de la
Generalitat, que rebajaba los despidos a 93, pero que contaba con el beneplácito de la dirección
de CC OO, que intentó forzar un referéndum para que saliera adelante. La cúpula
del sindicato mantiene una dura pugna con los trabajadores en huelga que se
niegan a aceptar ningún despido o –dicen algunas voces— que si se acaban
produciendo se indemnicen con 45 días por año.
Las
discrepancias entre huelguistas y CC OO se han traducido en una amenaza por
parte de la dirección: o aceptan los 93 despidos que propone el Gobierno
catalán o el sindicato retirará la impugnación del ERE que fue
aplazado y está previsto que juzgue la Audiencia Nacional el próximo 6 de mayo. Para advertir de la amenaza, el
secretario de Acción Sindical de CC OO en Cataluña, el secretario general de la
federación de Agroalimentaria y un alto representante de la organización en
Madrid reunieron el pasado jueves a sus afiliados en la fábrica. Fue una reunión
tensa pero no se llegó a las manos, como ha pasado en otras ocasiones durante
el conflicto, explican algunos asistentes ante el silencio de los dirigentes.
Los
huelguistas se aferran al juicio de la Audiencia como su esperanza de que la
Justicia cuestione un expediente que contempla 745 despidos en todas las
plantas de Panrico en España hasta 2016 pero que se ceba especialmente con la
de Santa Perpètua. Llegado el caso de que CC OO retirara la impugnación, el
juicio podría celebrarse igualmente, porque también el sindicato CGT impugnó el
ERE. Los trabajadores están convencidos de que una sentencia favorable (que
fijara mayores indemnizaciones o que tumbara el expediente) les daría la
victoria en este largo conflicto; e igual piensa la dirección de Panrico, cuyo
consejero delegado, Carlos Gila, no se cansa de recordar que los empleados de
Santa Perpètua tienen las mejores condiciones laborales y salariales del grupo
y de advertir de que su paciencia y la de la propiedad, el fondo Oaktree,
tienen un límite.
En paralelo
a la espera del juicio, los trabajadores que mantienen la huelga siguen
organizando actos para hacer visible su paro: participan en manifestaciones y
protestas de otros trabajadores, organizan mercados para nutrir la caja de
resistencia, o dan a conocer la resolución de la Inspección de Trabajo que
afirmó que Panrico vulnera el derecho de huelga porque vende en Cataluña Donuts y
Bollycaos producidos en otras fábricas.
Tras seis
meses de huelga hay cansancio y los ánimos dependen del resultado del juicio de
Madrid, aseguran fuentes del comité de apoyo de la huelga. Además del juicio de
Madrid, las partes también están pendientes de la resolución de la vista que se celebró en los
juzgados de Sabadell en la que la empresa denunció a los trabajadores por
huelga ilegal. La defensa
argumentó que el ERE modifica las condiciones del convenio vigente en la
fábrica de Santa Perpètua de Mogoda, porque el acuerdo del convenio ya supuso
despidos y una rebaja salarial, pero se firmó a cambio, precisamente, del
compromiso de la empresa de no despedir ni tocar sueldos durante su vigencia.
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